Hay pocas áreas de la filtración de vehículos que se hayan vuelto más exigentes en las dos últimas décadas que la filtración del combustible diésel.

Estos requisitos han sido -y siguen siendo- impulsados por la impresionante optimización tecnológica de los sistemas de inyección. Con el objetivo de aumentar la eficacia y minimizar las emisiones, los componentes y sistemas se perfeccionan constantemente y se llevan hasta sus límites técnicos. Por otro lado, su sensibilidad a la contaminación es cada vez mayor. Por ello, los fabricantes de sistemas se ven obligados a exigir altos niveles de pureza del combustible cuando éste entra en los sistemas de inyección.

Además, los motores utilizados en todo el mundo entran en contacto con combustibles de calidades muy distintas y, cada vez más, con combustibles sintéticos, que también están contaminados con partículas y agua en grados muy diferentes.

Para los vehículos comerciales y las aplicaciones fuera de carretera en particular, el motor de combustión seguirá siendo el sistema de propulsión más utilizado durante muchos años. Con el fin de fomentar la protección del clima, Hengst sigue desarrollando los Filtros de combustible para estas aplicaciones, de modo que también puedan utilizarse con combustibles alternativos. Utilizando los métodos de ensayo más modernos, se está comprobando la resistencia de los materiales de los filtros a los biocombustibles envejecidos y, por tanto, ácidos.